Por ejemplo, un médico, que a partir de la lectura de noticias sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), desea conocer más sobre los avances en el combate a esta enfermedad. Mientras se “navega” por internet, uno puede generar ideas de investigación, o bien a raíz de algún suceso que esté ocurriendo en el presente; por ejemplo, una joven que lea en la prensa noticias sobre el terrorismo en alguna parte del mundo y comience un estudio sobre cómo perciben sus conciudadanos tal fenómeno en los tiempos actuales.
A veces las ideas nos las proporcionan otras personas y responden a determinadas necesidades. Por
ejemplo, un profesor nos puede solicitar una indagación sobre cierto tema; en el trabajo, un superior
puede requerirle a un subordinado un estudio en particular, o un cliente contrata a un despacho para
que efectúe una investigación de mercado.
Y es que en realidad todo esto tiene un propósito, en caso de publicidad el de vender un producto, hacer resaltar una necesidad, en caso de un dato científico, el dar a conocer.
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